ESTA SOY YO

  ¡Hola! Soy Silvia, una niña de 15 años con poca vida caminada pero con suficiente conocimiento en el cuál quiero seguir indagando y por ende, aplicándolo. Hoy me siento preparada para dar un paso más, un paso más para mi realización como persona, un paso más para contribuir a un mundo mejor aportando mi grano de arena. Tan solo quiero crecer como ser humano, sentir esta maravillosa experiencia que es poder vivir; e intentar ayudarles a entender a las personas que nuestra felicidad tan solo depende de nosotros.

  Gran parte de mi vida (hasta poco) giraba en el pesimismo, en la depresión y en la ansiedad, en obsesiones, en las ganas de no vivir, en el miedo y en la duda, en la preocupación, en la oscuridad y en un túnel sin salida. Un círculo vicioso en el que es fácil caer y difícil salir, aunque no es imposible. No me he dado cuenta hasta estos días de lo mucho que cambió mi  perspectiva de ver la vida en poco tiempo. Cambié creencias limitables, cambié las gafas que usaba para ver el mundo (estaban sucias y opté por unas más limpias), cambié la forma de vivir y me transformé en una nueva versión de mi misma (claramente, mucho mejor).

  He aquí un resumen de quién soy yo, de mi transformación y de mis ganas de vivir al máximo.

  ¿Quién soy yo? Carambas, eso es lo complicado de esta vida, saber quién somos. Parece tan obvio y fácil y a la vez es tan difícil... Sinceramente yo no sé quién soy pero una idea la tengo.            

  Antes no sabía quién era, estaba perdida, sin  rumbo, sin dirección. Sin embargo, hoy estoy aprendiendo a encontrarme.

  Soy una persona auténtica, única simplemente por el hecho de existir.Tengo muchas capacidades, muchas virtudes , mucha luz que emana de mí. A la vez tengo mi parte oscura, una gran sombra como todos, a la que le estoy intentando sacar provecho.

  Refiriéndonos a los puntos fuertes digamos que soy la persona más sensible que conozco, empática, muy consciente (más de lo que ya era), suspicaz, atrevida, generosa, compasiva, fiel y con ganas de vivir (cosa que en un pasado no fui quién de imaginar). Y...con respeto a los puntos débiles debo reconocer que a veces soy muy vulnerable (sobre todo, a las críticas), tiendo a darle mucha importancia a mi físico, soy muy celosa, me dejo manipular a veces, guardo mi envidia, etc. Tengo claro que mi peor enemigo, si me lo propongo, puedo ser yo.

  Me gusta cantar, bailar, respirar aire puro y sonreír. Ver la apuesta del sol, el mar, los pájaros y la naturaleza. Amo ayudar a las personas a sacar el máximo potencial de ellas mismas. Me encanta aprender e investigar sobre la mente humana y aplicarlo en la vida diaria. No me gusta la gente hipócrita, la política y los que se creen superiores.

  Defino la felicidad como un estado de paz, de aceptación, de fluidez con la vida, de desapego, de tranquilidad y de confianza.

  Cuando acepté lo bueno y lo malo, cuando aprendí que todos tenemos un poder inmenso, el poder de cambiar nuestra vida; pero sobre todo que nos pasamos la vida buscando la felicidad por todos lados, sin saber que está dentro de nosotros.

  Ahora trabajo en mí. Intento resaltar mis capacidades y cambiar los malos hábitos.

  Si hay algo de lo que estoy orgullosa es de mi capacidad para seguir adelante, de trabajar en mí, de conseguir cambiar mi vida, de mi valentía en muchas situaciones. Y hoy en día soy más feliz y entiendo mucho mejor todo.

  Buena parte de mi vida me he sentido sola. Ahora aprendí que la soledad es una oportunidad que me regaló el Universo para conocerme mejor y crecer como persona. A día de hoy, tengo momentos en los que me siento muy sola, como todo el mundo supongo, pero sé que estoy en la mejor compañía. Estoy conmigo misma.

  Ahora entiendo por qué nos aferramos a los amigos, a la familia, a la pareja... Porque no sabemos estar solos, no nos queremos, no creemos en nuestras capacidades, nos resistimos al dolor. Estamos programados. Creemos en nuestras creencias y siempre queremos tener la razón. El miedo a lo desconocido, la rabia, la impotencia y la necesidad de ser aceptados nos lleva a sentirnos así. Por eso sufrimos. Existe una relación de dependencia. No nos damos cuenta de que todo es más fácil de lo que en realidad parece.

  Aprendí a fluir al ritmo de la vida. Simplemente me dejo llevar. Cuando tengo que llorar lloro, cuando estoy cabreada siento esa ira sin juzgar, simplemente observando la situación y reflexionando en si merece la pena sentirme así. Entonces la emoción se va por donde ha venido.

  Sé que me queda mucho camino por recorrer. La diferencia es que ahora sé que cada día progreso algo más que el anterior. Ahora me guío por el corazón. Y, si algo aprendí es que nosotros no somos nuestra mente, la mente es nuestra. Por lo tanto podemos modificar nuestra forma de pensar. No somos un cuerpo, ni un trabajo, ni nuestra familia. No somos nuestros amigos ni unos cuantos títulos universitarios. Somos mucho más que eso. A veces parece que no somos nada, pero ya no siendo nada somos algo. Cuando te das cuenta de todo esto es ahí cuando sabes que todo tu camino ha valido la pena. Es ahí cuando te sientes feliz.

  Mi recomendación es que sientas tu voz interna, que te conectes con tu esencia y que te dejes llevar por la voz que te dicta tu corazón.

  Un abrazo enorme

  De corazón a corazón seas quien seas,

  Silvia

Comentarios

  1. Hola!
    Soy Horacio.
    Me alegra saber que has salido adelante. Tienes un espíritu fuerte. Dios es grande y jamás nos abandona.
    Un fuerte abrazo para ti también!!!

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog